lunes, noviembre 13, 2006
Arquitectura rural tradicional en la comarca de la Manchuela
Mucho ha cambiado la imagen de nuestros pueblos. En el transcurso de escasas generaciones el cemento ha sustituido al mortero y el ladrillo a la piedra y al tapial. Modernas técnicas para modernas construcciones, que vienen de la mano de una sociedad cambiante y moderna, pero también edi ficada sobre el sacrificio de lo que antaño fue dinámico y vivo mundo rural.
Sepultada por una noción de progreso que se empeña en basarse en la destrucción del pasado, más que en su aprovechamiento, las últimas muestras de arquitectura tradicional languidecen en los pueblos de La Manchuela sin que, aparentemente, nadie haga esfuerzos por rescatar el inmen so legado cultural y patrimonial que supone.
Porque la arquitectura tradicional, al igual que otras manifestaciones populares, es un elemento que forma parte de la propia identidad de nuestros pueblos, de lo que han sido, de lo que pueden llegar a ser. Somos lo que somos por lo que fuimos y nuestros pueblos, tan ajenos a su historia, creciendo de espaldas a sus tradiciones, motivo de orgullo en tantos otros sitios, dejan en el camino precisamente a aquello que une a las comunidades humanas ante las adversidades: la conciencia de la identidad común.
Adaptada a las necesidades de una sociedad rural, escasa de comodidades y sobria de costumbres, la arquitectura rural manchuela respondió durante siglos, con soluciones sencillas e ingeniosas, a las necesidades de las personas que habían de usarla: casas sobrias de aspecto tosco sí, pero con una excepcional adaptación al clima usando para ello los materiales puestos al alcance de la mano por la naturaleza, sin necesidad de complejas cámaras de aire, fibra de vidrio o aislantes térmicos de cualquier naturaleza; pozos de piedra y barro, inútiles ahora, secos, pero tan necesarios cuando el agua aún podía sacarse a 4 metros, con la ayuda de un sencillo cubo: casillas, chozos, corrales... construcciones todas ellas menos necesarias ahora, pero que no por ello deberían perderse en el olvido.
Con este trabajo hemos intentado reflejar, desde una perspectiva histórica, la realidad de la arquitectura tradicional manchuela (con especial énfasis en los municipios orientales de la comarca), que, a fin de cuentas no es sino una variante de la arquitectura propiamente manchega, adaptada a las peculiaridades sociales y ambientales de esta comarca albaceteña. Este trabajo no es sino el fruto de un esfuerzo para aportar una visión de conjunto sobre la arquitectura rural en este rincón del NE de Albacete, con especial énfasis en los aspectos menos tratados por la bibliografta. Como visión de conjunto que es, hemos tenido que realizar un notable esfuerzo de síntesis y selección, no es este trabajo un inventario sistemático de estructuras y sin duda todos y cada uno de sus apartados son susceptibles de ampliación, pero desarrollarlos por extenso hubiera convertido esta publicación en enciclopedia, algo que escapaba a nuestras intenciones y objetivos.
Por todo ello, vale para este estudio el dicho de no están todas las que son, pero son todas las que están. Esta obra no pretende ser la culminación de todos los estudios posibles sobre arquitectura tradicional, sino que, por el contrario, es y está concebida como sólida base y plataforma sobre la que desarrollar extensamente los aspectos contenidos en ella. No es el fin de un proceso, sino que más bien es la lanzadera sobre la que basar futuras investigaciones sobre aspectos sectoriales de la misma que, por sí solos, bastarían para dar lugar a publicaciones de igual o incluso mayor profundidad.
Arquitectura rural tradicional en la comarca de la Manchuela
Gumersindo Fernández Serrano y José Luis Valiente Pelayo
Instituto de Estudios Albacetenses "Don Juan Manuel" 2005
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